El semanario dominical de un diario colombiano (La Revista del diario El Espectador, domingo 25 de noviembre de 2001. Nº 71 Colombia) señala: “Todos los ojos se abren tras una breve relajación y comienza a escucharse a Mozart. Las caras se distienden y se insinúan sonrisas en ellas. Las 25 alumnas de modistería de La Florida, el complejo distrital para la protección de la niñez que maneja el sacerdote Javier de Nicoló en las afueras de Bogotá, comienzan a dibujar en el aire con las manos, todas a la vez, las formas gráficas que hay pintadas en un tablero. Siguen el ritmo de la música. Mirarlas es como ver una verdadera sinfonía gestual. No están en recreo. Más que entretenerse, el grupo de niñas, que tienen entre 5 y 15 años de edad, está desarrollando su inteligencia y potenciando su creatividad a través de composiciones clásicas. Seguramente después de unas cuantas sesiones mejorarán su rendimiento académico, su concentración y su capacidad de comprensión y síntesis”
María Cristina Rubio, maestra colombiana que ha desarrollado Potenciación Creativa con 101 niñas pertenecientes al Programa del Padre Javier Nicoló en La Florida, nos cuenta que muchas de ellas han abandonado su hogar por haber sufrido maltrato y han elegido la calle para vivir y que antes de haber ingresado al Programa presentaban muy bajos niveles educativos. A los 2 meses de haber comenzado a desarrollar la Escucha Musical Interactiva de manera sistemática, señala que percibe una alta disminución de agresividad entre ellas y que la mayoría gusta de la música clásica, aún cuando al incidir la experiencia se mostraron muy reticentes a este tipo de música. “Les gusta muchísimo el movimiento de las manos y seguir la partitura. Anhelan entrar a clase”, señala.
María Cristina nos comenta que una de las experiencias que más le ha impactado a las pocas semanas de haber iniciado Potenciación Creativa, es el cambio de una niña de 11 años, que fue abandonada por su madre y sufrió fuertes maltratos físicos y vejaciones, y a quien conoció mostrando un comportamiento muy agresivo hacia sus compañeras, pegándolas y empujándolas. “Actualmente se comporta de manera calmada y tranquila, sobre todo cuando participa de la Escucha Musical Interactiva o pasa a dirigir su partitura ante las compañeras”, señala.
Programa Social con Gamines
María Cristina Rubio, maestra colombiana que ha desarrollado Potenciación Creativa con 101 niñas pertenecientes al Programa del Padre Javier Nicoló en La Florida, nos cuenta que muchas de ellas han abandonado su hogar por haber sufrido maltrato y han elegido la calle para vivir y que antes de haber ingresado al Programa presentaban muy bajos niveles educativos. A los 2 meses de haber comenzado a desarrollar la Escucha Musical Interactiva de manera sistemática, señala que percibe una alta disminución de agresividad entre ellas y que la mayoría gusta de la música clásica, aún cuando al incidir la experiencia se mostraron muy reticentes a este tipo de música. “Les gusta muchísimo el movimiento de las manos y seguir la partitura. Anhelan entrar a clase”, señala.
María Cristina nos comenta que una de las experiencias que más le ha impactado a las pocas semanas de haber iniciado Potenciación Creativa, es el cambio de una niña de 11 años, que fue abandonada por su madre y sufrió fuertes maltratos físicos y vejaciones, y a quien conoció mostrando un comportamiento muy agresivo hacia sus compañeras, pegándolas y empujándolas. “Actualmente se comporta de manera calmada y tranquila, sobre todo cuando participa de la Escucha Musical Interactiva o pasa a dirigir su partitura ante las compañeras”, señala.
Programa Social con Gamines
Gloria Castillo, maestra de primaria que también trabaja en este programa social para niños de la calle (“gamines”) atendiendo a niños entre 8 y 12 años de edad, señala que ellos presentan una variada problemática que parte de un historial de maltrato familiar hasta conductas adictivas, con notables dificultades para concentrarse y estudiar, fuertes cuadros de angustia, depresión y baja autoestima. “A la séptima semana – nos cuenta – de estar recibiendo la música, noté un gran cambio en cuanto al deseo de estudiar. Fijaron la atención, querían estar realizando sus guías de trabajo y se notaba que no querían perder el tiempo. No necesitaban motivación externa y se les veía más alegres. Las percibí más seguras de sí mismas, bajaron su nivel de agresividad y mejoraron su vocabulario”
CC